Love love love, qué hermosa palabra!. Lo graciosa de ella es que yo no estoy enamorada y que por más que lo pienso más me doy cuenta que yo, no nací para el amor. Suena triste, pero quizás la vida me quiere para una sola cosa, que según mis propias decisiones es ser médico, y más aún desarrollarme como médico de urgencia. Una carrera bastante demandante en tiempo, tiempo que el amor necesita.
Y por qué digo todas estas cosas? Nada más ni nada menos que porque hace un mes conocí al tipo más estupendo y maravilloso de mi vida. Yo una niña sin mucha experiencia en el tema, sin relaciones formales ni nada por el estilo, conoce a ésta persona y se da cuenta que (al de lo contrario que ella pensaba) jamás le había gustado tanto alguien.
Esto sin duda debería ser lo más lindo que le puede pasar, porque además el propio chico le confesó tener los mismos sentimientos hacía ella. PERO (y aquí viene el problema) las limitaciones de tiempo y distancia son demasiadas, tantas que paso semanas sin verlo, y quizás esto no sería tan malo si ya fueramos novios o algo por el estilo, cosa que no somos porque cada vez que nos vemos, primero nunca estamos solos y segundo los dos nos comportamos como verdaderos niños pequeños avergonzados de lo que siente el uno por el otro. En pocas palabras la cosa, literalmente, no avanza, es más, nos besamor sólo una vez después de confesarnos lo que sentiamos y desde ahí que no sucede nada entre los dos, porque obviamente a mi el chico me vuelve loca.
Sería más fácil olvidarme de él, porque algo en mí me dice que nunca tendremos una relación formal por el problema de la distancia, pero por más que lo intento NO PUEDO!. Me fascina cada expresión, cada contacto de su piel me deja sin aire (y no es algo carnal, lo sé), incluso su olor es algo que no se me escapa. Es pronto para decirlo, pero él es todo lo que quiero, lo que siempre he querido. Me aterra pensar que si dejo que el tiempo pase, nunca lo tendré para mí.